El
término municipal de Bustarviejo se encuentra situado al norte
de la provincia de Madrid, a 55 km. de la capital. Aquella parte de
la sierra, llamada en tiempos anteriores "Sierra Pobre",
hoy es más conocida por el nombre de "Pulmón de
Madrid". Limita al Norte con Canencia y Garganta de los Montes;
por el Sur, con Navalafuente y Guadalix de la Sierra; por el Este,
con Valdemanco, y por el Oeste, con Miraflores. Su extensión
es de 56.29km2 y se encuentra a 1.222m. de altitud, en las estribaciones
de la Sierra de la Cabrera, en la de Guadarrama, más concretamente
en la ladera sur conocida como "Los Canchos de la Zorra".
Desde el aire, Bustarviejo está situado a 50Km. de la plaza
de Castilla de Madrid en línea recta, y a 650m de altitud aproximadamente.
La belleza del lugar y su cercanía a la capital hacen de Bustarviejo
un lugar idóneo para vivir y para veranear. Las urbanizaciones
como Prado Redondo, Solvaradero, Matarredonda Sur, el Robledal, los
Veneros, El Pornoso, el Pedregal, La Pesquera, El Corcho etc.. son
alternativas para las personas que han buscado la comodidad además
de la calidad de vida, pero nuestro municipio sigue creciendo con
nuevas urbanizaciones y viviendas que respetan nuestro entorno, sus
paisajes y nuestra forma de vida rural.

Parece
que el toponímico Bustarviejo proviene de Bustar,
derivado del latín bos-stare, dehesa o pastizal de bueyes. Viejo
es un claro determinante de su origen ancestral. Los restos arqueológicos
encontrados en el municipio, como la llamada Torre de la Mina, dan referencias
históricas de origen musulmán. En
el Libro de la Montería que data del reinado de Alfonso XI (1312-1350)
se menciona un pleito, en 1297, mantenido entre Bustarviejo y Canencia
por una cuestión de pastos. En 1482 los Reyes Católicos
reconocen a Bustarviejo propietario del Valle de los Abedules, resolviendo
un litigio contra Miraflores que entonces se llamaba Las Porquerizas.
En
1626 los bustareños consiguieron su autonomía de Segovia.
En 1666 se descubre una mina de arsénico y plata en la Peña
de las Grajas que debió de estar en explotación más
o menos continua hasta finales del siglo XIX. Se dice que las estanterías
de la Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo del Escorial están
hechas con nogales de Bustarviejo. En
1787 el Censo de Floridablanca dice que, junto a Valdemanco, tenía
1470 habitantes aunque seguía sin comerciantes, artesanos, maestro
ni médico. Era una Villa de Realengo regida por un Alcalde Ordinario.
Durante
las Guerras Carlistas pasaron por el pueblo varias partidas, parece
que de entonces procede el nombre de una de las fuentes, la de los Muertos.
Durante la Guerra Civil se llenó de refugiados. Desde el Valle
se puede admirar la Peña Hueca, una gran cavidad con capacidad
para cinco o seis personas, que se utilizó como refugio; para
penetrar en su interior es necesario saber dónde está
exactamente la entrada, una pequeña grieta al ras del suelo,
difícil de localizar.
En
la posguerra Bustarviejo alojó una colonia de redención
de penas por el trabajo que realizó las obras de construcción
del ferrocarril, lo que dio nacimiento al viaducto construido por un
ingeniero condenado a muerte y posteriormente perdonado. Este campo
de trabajo estaba situado en el caminillo de la Viña o vereda
de Navalafuente, en dirección a la Dehesa. Actualmente está
en ruinas y se utiliza para guardar ganado.
Por
la calle de Arroyo Flores se llega al Cerrillo de la Horca, donde cuenta
la leyenda que eran ajusticiados los malhechores presos en el Castillo
de Manzanares y que en el traslado al Castillo de Buitrago habían
intentado escapar. En
la Cruz que está situada en el camino de Miraflores fue fusilado
durante la Guerra Civil el párroco del municipio, don Federico
Elvira. En otra cruz, en el Paraje de las Caces, murió misteriosamente
el guardés de las viñas que antiguamente existían
en ese lugar.
Bustarviejo
siempre ha sido un pueblo de ganadería y agricultura aunque hoy
casi han desparecido; sin embargo, una actividad tradicional como la
cantería y la explotación de granito sigue en auge. Todavía
quedan restos de la forma de vida tradicional, como las talanquedas,
puertas de troncos y las chozas, pequeñas construcciones
para guardar los aperos de labranza. Los tinaos son pequeñas
edificaciones para guardar el ganado. D.
Benito Pérez Galdós se refirió Bustarviejo en uno
de sus Episodios Nacionales, al que llamó el
rincón de dos amantes (B. Pérez Galdós: La
Revolución de Julio, Episodios Nacionales,
capítulo XVI).